El pasado sábado me despedía de Luis, el carnicero de mi calle. Después de 29 años en el barrio y más de 50 trabajando, Luis se jubilaba y cerraba la carnicería. Otro más, dirás, y es que, cada vez estamos más acostumbradas a ver comercios en nuestros barrios con el cartel de “cerramos por jubilación”.
¿Por qué te cuento esto? Luis y su carnicería tenían un papel muy importante en la cadena de Amarenak y es por esto, que, a modo de despedida, he decidido homenajearle y compartir aquí esta historia. Otra de esas #historiasquesellevanpuestas, que en mi opinión, ejemplifica a la perfección, la importancia de mantener y cuidar el pequeño comercio.
Cuando hace más de 3 años empecé a buscar un equipo para empezar a confeccionar aquellas primeras chaquetas kaiku que serían el germen de Amarenak, hice lo que casi todos los emprendedores hacemos: preguntar a todo el mundo hasta dar con la solución. Mi madre (si, aquella que años antes me dio también aquel antiguo abrigo kaiku de mi abuela) me dijo:
-Creo que la mujer del carnicero cose. Pregúntale.
Así que fui a hablar con Luis, el carnicero. Efectivamente, su mujer cosía, aunque la que es realmente muy buena, “que tiene título de sastre y todo”, es Rosi, su hermana. Las dos juntas llevan más de 35 años en la industria textil.
Desde aquel momento, Rosi y Juli siguen siendo dos de nuestras sastres y costureras de confianza. A quienes encargamos muchos de los kaikus y prendas personalizadas y a medida que hacemos en Amarenak.
¿Y qué tiene que ver Luis con todo esto? Rosi y Juli tienen su taller en Andoain (un pueblo de Gipuzkoa cerca de Donostia). Luis también vive en Andoain e iba todos los días, de lunes a sábado, a comer y a cenar a casa. ¿Ves por dónde va la historia? ¡Efectivamente! Luis y su carnicería acabaron convirtiéndose en nuestro centro logístico. Cuando teníamos que mandar algo a Rosi, se lo llevábamos a Luis a su carnicería y a la inversa, cuando Rosi tenía chaquetas kaiku, arratiarras u otra prenda acabada para mandarnos, se la daba a Luis y nosotras la recogíamos allí. Servicio de mensajería con cero emisiones y en menos de 12 horas.
Cuando digo que en Amarenak trabajamos con filosofía km0, que nos gusta mantener una relación cercana con nuestros proveedores y que intentamos trabajar de forma lo más ecológica posible, es por pequeños gestos como estos. A veces lo más lógico y sencillo, es lo más sostenible.
Gracias Luis por estos más de 3 años de sonrisas, buenos días y recados. ¡Disfruta de tu merecida jubilación!
>> ¿Y tú? ¿También tienes alguna historia bonita con un comercio de tu barrio? ¡Compártela!
Arabela
M encanta coser. M hacia mis vestidos. Así q conozco y valoro lo q está bien hecho y bien acabado. Aquí en Santander todavía no h encontrado una persona q m cosa bien. M gusta lo q hacéis.
OihanePaPer
Qué bien Arabela! Si, encontrar a gente que cosa bien es cada vez más difícil. Las que cosemos sabemos también lo minucioso y difícil del trabajo y que eso de «coser y cantar» no es del todo cierto 😉 Muchas gracias por tus palabras!