Este pasado sábado, tuvimos la suerte de ser parte de algo mágico en la sala de exposiciones Kubo del Kursaal donostiarra. Para acercarnos a la obra de José Ramón Anda de una forma diferente, la compañía NODE creó EGUR BASOA, una intervención coreográfica en la que el intérprete, Rubén Albelda, vestía estilismos creados por Amarenak. El pantalón MAJU y el kimono AMALUR de la colección KARDENA fueron los protagonistas.
Si tuviste la suerte de asistir a la presentación de nuestra nueva colección de verano en Noventagrados, si nos sigues en redes o si fuiste uno o una de las afortunadas de ver EGUR BASOA en directo, entonces ya habrás visto los característicos estampados de KARDENA, pero ¿conoces su historia?
Desde tiempos inmemoriales, el lino ha sido en la historia del País Vasco uno de los tejidos más apreciados. El largo y artesano proceso, desde la siembra de la semilla hasta la confección del tejido, era una labor fundamentalmente femenina, que para algunas mujeres supuso un medio de vida y el camino a la autosuficiencia.
Así, el lino de Gipuzkoa era muy reconocido, dentro y fuera del País Vasco, por su blancura y finura, tanto que algunos lo llamaban “kardena” de “gardena”, transparente en euskera. El lino era el tejido ideal para la confección de casi todo el vestuario de la familia, así como para el ajuar textil de la mujer. Una de las partes más importantes de ese ajuar era la ropa de cama, decorada a punto de cruz con cenefas azules. ¿Te suena de algo?
El día de la boda se exhibía en un carro todo el ajuar y la calidad y complejidad de esos bordados reflejaban la maestría y estatus de la futura esposa.
De esta manera, los bordados artesanos eran uno de los bienes más preciados de la mujer que, a veces, llegaban a conservarse de generación en generación. En ocasiones incluso, cuando el tejido de lino estaba ya muy desgastado, se recortaban las cenefas para decorar chimeneas o como caminos de mesa. Pero con el tiempo dejaron de hacerse y se fueron perdiendo.
Algunos de estos bordados se conservan hoy en el Museo San Telmo de Donostia y gracias a la labor de investigación de M.A. de Miangolarra y E. Elorza algunos de estos bordados vieron de nuevo la luz.
La complejidad de estos bordados hacia muy difícil su reproducción mediante técnicas tradicionales. Así que hicimos un minucioso trabajo de digitalización y reinterpretación para darles una nueva vida y un nuevo uso creando así la colección KARDENA, en honor a aquellas mujeres, a su maña y a la blancura de sus paños de lino.
Otro día te contaré como desarrollamos las prendas, aunque de momento, si te quedas con ganas de conocerlos de cerca, puedes venir a la presentación que haremos este jueves en la Galería 8360 a las 19:30 en Bilbao. ¡Te esperamos!
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