El pasado 2 de agosto, el equipo de Amarenak fuimos a comer al restaurante Muka, para poder ver en acción el vestuario que escogimos para el personal de sala. El nuevo restaurante de la capital guipuzcoana está en el Centro de Congresos Kursaal, en frente de la playa de la Zurriola. Abrieron sus puertas hace un mes, en el mismo local que antes ocupaba el restaurante Ni Neu. El fuego es el hilo conductor que ata todos los platos de la carta y sirve como elemento con el que experimentar y explorar nuevas posibilidades y sabores: ahumados, a la parrilla, a la brasa, en llama, con ceniza,…
Más de la mitad de la mesa éramos vegetarianas, y nos sorprendió la gran variedad de verduras y la predisposición a hacer pequeños cambios para adaptarse! Compartimos con vosotros lo que probamos:
Empezamos con el “queso idiazabal de un día y hierbas”, suave con un toque ahumado, acompañado de una salsa, una explosion de sabores.
El segundo y tercer plato fueron las “piparras fritas con anchoas en salazón” y “tomate y tomatada”. Platos muy diferentes entre sí, pero que combinan muy bien. El color del tomate nos llamó la atención y nada más probarlo se convirtió en uno de nuestros platos favoritos.
Seguimos con “calabacín quemado y majado de cítricos” y unas mini “zanahorias acompañadas de espinacas en su base y almendras”.
Terminamos con “puerros con emulsión de chuleta”, (que sustituyeron por crema de almendra), un plato que tardan ¡20 horas en preparar!
El nuevo restaurante MUKA es como el fuego: dinámico, libre, cálido, vivo,… el fuego actúa como elemento de unión, en torno al cual reunirse, compartir,… pasar momentos alegres con los amigos, comer y charlar. Recuerda a esas hogueras de verano en la playa, en un entorno amable, cercano, humilde, sencillo y honesto. Y esto es precisamente lo que intentamos reflejar mediante la uniformidad y nuestro servicio de asesoría, con un estilismo relajado, cómodo y unisex, en tonos grises y azul marino. Camisetas de algodón orgánico oversize y pantalones sport remangados, combinados con zapatillas de deporte.
Para enfatizar ese aire urbano y vanguardista, alejado del típico concepto de parrilla rural y tradicional, nos pareció necesario que cada persona pudiera apropiarse un poco del uniforme, adaptándolo a sus gustos y estilo. ¡Qué ilusión nos hizo cuando varios de los camareros nos dijeron lo cómodos y contentos que estaban con su nuevo vestuario de trabajo!
En definitiva, un nuevo restaurante en la ciudad que no te puedes perder. Esperamos que lo visites y ¡nos cuentes qué te ha parecido en los comentarios!
